RAFA JOVER El "ente" autonómico que dice ser el responsable y encargado de informar a todos los ciudadanos de esta Comunitat, al que pagamos con nuestros impuestos, ha demostrado una vez más, y ya llevan muchísimas, un nuevo ejemplo de incapacidad, irresponsabilidad, nulidad, inutilidad, despropósito y, así, un largo listado de adjetivos negativos.
Este pasado fin de semana, en Telde (Canarias), se ha celebrado la fase final de la Copa de la Reina de balonmano femenino. Bien, estamos ante un evento deportivo más de los muchos que se celebran a lo largo del año, por lo que se ve sin ningún interés para sus "¿responsables?". ¡Pero no era uno más! En el mismo se daban citas los siete mejores equipos del balonmano femenino español más el equipo organizador. Y lo curioso de todo es que de los ocho equipos participantes, 5 eran de nuestra Comunitat, y 4 de ellos de la provincia de Alicante.
La cobertura de esta "ente-lequia" ha sido "el silencio" y eso que tienen tres canales: Canal 9, Punt 2 y el 24 horas. Mientras tanto, nos ofrecen la "Champions": Inter-Bayern, un buen partido para los aficionados, pero no jugaba ningún valenciano. Menos mal que nos ofrecen todas las semanas las oportunas partidas de pilota valenciana tan popular y tan seguida en la mayoría de pueblos y ciudades de la nostra Comunitat que, de forma brutal, rompen semanalmente los registros de audiencia. Al final, tarde, mal y en diferido nos pasaron la final, donde el Elda Prestigio no pudo con el equipo de Estella.
Pero no solo RTVV tiene toda la culpa, que la tiene. Hay otros implicados y no son otros que los directivos de la Real Federación Española de Balonmano, con Juan de Dios Román al frente; Antonio Alonso, presidente de la ABF; y en menor medida, porque ya tienen bastante con conseguir cuadrar sus presupuestos anuales, los directivos de los clubes.
Todos ellos han buscado sus intereses particulares en lugar de buscar los intereses generales del balonmano femenino español. Se han olvidado de promocionarlo, de buscar nuevas fuentes de ingresos y, en definitiva, lo están dejando morir de una forma lenta pero segura. Entre ellos mantienen una guerra de poder que más pronto que tarde va a dar lugar a la desaparición del balonmano femenino de elite. ¡Tiempo al tiempo!
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