R.U. - Jueves, 3 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 05:19h
ESTELLA-LIZARRA. La crisis económica y financiera de los últimos años ha hecho muchísimo daño al balonmano femenino, tanto que equipos históricos como el Cementos La Unión Ribarroja han desaparecido del mapa, y otros como Sagunto se las ven y se las desean temporada tras temporada para seguir compitiendo en condiciones.
En el caso concreto de Itxako Reyno de Navarra, en cambio, la tendencia ha sido distinta, se ha logrado el apoyo de numerosos patrocinadores, y eso hace que cada día haya más diferencias en la competición doméstica. El propio entrenador del equipo estellés, Ambros Martín, reconoce que "la Liga española, lamentablemente, ha sufrido un retroceso importante, y una cosa tira de la otra. Eso hace que la calidad de los equipos haya bajado, aunque, sorprendentemente, hay algunos que siguen haciendo buenas campañas, como Elda o Elche, que está siendo la sorpresa. Pero sí que hay equipos que han perdido mucho potencial y que muchas jugadoras de calidad se han tenido que ir a otras ligas. En definitiva, se ha perdido bastante calidad en la Liga española", señala el preparador canario.
Ambros tampoco se esconde a la hora de valorar la igualdad (o la falta de ella) en el deporte, ya que es una voz autorizada como entrenador de un equipo femenino de elite. "Es un tema complicado. Aunque la igualdad de derechos es una lucha social y cotidiana, no se cumple en todos los campos y quizá en el deporte menos aún. Pero si miramos el deporte como un trabajo, como una profesión, -ya lo he dicho muchas veces-, para mí es lo mismo el balonmano masculino que el femenino: jugar, entrenar... Estas chicas entrenan igual o más que los equipos masculinos, por lo que deberían ser iguales. Eso sí, está claro que en estos momentos no es lo mismo el balonmano femenino que el masculino, ni a nivel de clubes ni de selecciones. El masculino se mira más, y al final eso es lo que se paga", concluye el técnico.
Ambros tampoco se esconde a la hora de valorar la igualdad (o la falta de ella) en el deporte, ya que es una voz autorizada como entrenador de un equipo femenino de elite. "Es un tema complicado. Aunque la igualdad de derechos es una lucha social y cotidiana, no se cumple en todos los campos y quizá en el deporte menos aún. Pero si miramos el deporte como un trabajo, como una profesión, -ya lo he dicho muchas veces-, para mí es lo mismo el balonmano masculino que el femenino: jugar, entrenar... Estas chicas entrenan igual o más que los equipos masculinos, por lo que deberían ser iguales. Eso sí, está claro que en estos momentos no es lo mismo el balonmano femenino que el masculino, ni a nivel de clubes ni de selecciones. El masculino se mira más, y al final eso es lo que se paga", concluye el técnico.
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